Medir la tensión arterial de manera precisa
¿Cómo se mide la tensión arterial normalmente?
Actualmente, la medición de la tensión arterial braquial es la forma más común de tomar la presión arterial. Esta técnica mide la presión en la arteria braquial, que es palpable en la parte anterior del codo, en medio del tendón del bíceps, normalmente utilizando un manguito de presión arterial.
¿Cuál es el problema de tomar la tensión arterial braquial?
Variabilidad de la tensión arterial
Cuando se mide la presión arterial con un manguito, los valores sistólicos y diastólicos representan la presión dentro de la arteria braquial del brazo. Esta presión difiere de la que se encuentra en la aorta, que es la arteria principal que nace del corazón. Se debe a que, a medida que el pulso de la presión aórtica (la diferencia entre las presiones sistólica y diastólica) desciende por la aorta hacia otras arterias (que distribuyen la sangre a otras partes del cuerpo), se producen cambios en las presiones sistólica y diastólica, así como en la presión media.
De manera más específica, la presión sistólica sube y la diastólica baja mientras la presión del pulso aumenta. Esto ocurre debido a las ondas de reflexión que se producen cuando la sangre se ramifica hacia las otras arterias y al aumento de la rigidez de los vasos sanguíneos cuando el pulso de presión se aleja de la aorta hacia las otras arterias.
Hipertensión de bata blanca
La hipertensión de bata blanca se refiere al aumento puntual de la presión arterial que los pacientes sufren en la visita a un médico. Es común que algunos pacientes padezcan una tensión mayor en la consulta que en otros entornos de mayor confianza. En estos casos, cuando se toma la presión arterial braquial, el médico toma las decisiones terapéuticas en base a este resultado que no tiene porque ser una representación fiel del estado cardiovascular del paciente.
Sin embargo, la tonometría arterial tiene la ventaja adicional de medir la rigidez de las arterias atendiendo a la medición de la onda de pulso, como se explica en un apartado posterior. Por tanto, aporta una valoración más completa del riesgo cardiovascular más allá de la mera toma de la tensión arterial.
La importancia de medir la presión arterial central (aórtica) y la rigidez arterial
La presión arterial central es la presión que se encuentra en la aorta ascendente, que está justo fuera del ventrículo izquierdo. Esta es la presión arterial a la que están expuestos los órganos diana: riñones, corazón, cerebro y arterias. Por tanto, esta es la información sobre la presión arterial más importante para los médicos a fin de determinar la posibilidad de daños en los órganos finales y otras complicaciones asociadas con la presión arterial elevada o hipertensión.
Además de tomar la presión arterial central, también es importante determinar el grado de rigidez arterial que es un indicador precoz de un posible desarrollo de aterosclerosis o «endurecimiento de las arterias». La rigidez arterial es producto del envejecimiento y determina el grado de endurecimiento de las paredes arteriales compuestas por elastina, colágeno y el músculo liso vascular.
Ayuda a predecir el riesgo cardiovascular del paciente
Una evaluación precisa de la integridad de la pared arterial podría ayudar a los médicos a predecir mejor el riesgo cardiovascular de un paciente. Y así prevenir su desarrollo mediante el tratamiento adecuado. El endurecimiento de las arterias o aterosclerosis dañan los capilares que nutren los órganos, lo que podría acarrear deterioros en los mismos. El daño podría manifestarse de diversas formas: ictus, demencia, insuficiencia renal, ataque cardíaco u otros trastornos.
Cómo medir la rigidez arterial
La forma más fácil de conocer la rigidez arterial es midiendo la onda de pulso, y esa información también puede determinarse al tomar la presión arterial central, no la braquial. Por ello, cada vez más médicos deben adoptar la práctica de tomar la presión arterial central y conocer la rigidez arterial en sus pacientes, especialmente en aquellos con riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. De hecho, el aumento de la rigidez arterial es un predictor preciso de futuros eventos cardiovasculares, así como de la mortalidad por cualquier causa de la enfermedad cardiovascular.