Nuestra mente es un recurso que merece cuidado y atención constantes. A medida que envejecemos o enfrentamos desafíos cognitivos, es esencial mantener nuestra agudeza mental y la memoria en plena forma. La estimulación cognitiva y las ayudas técnicas son dos herramientas poderosas que pueden marcar la diferencia en la calidad de vida de quienes enfrentan dificultades cognitivas como las que genera el Alzheimer.
Estimulación cognitiva
La estimulación cognitiva se basa en la premisa de que el cerebro es altamente adaptable, incluso en edades avanzadas, y que la exposición a desafíos cognitivos puede fortalecer y mantener estas funciones. A través de una variedad de actividades diseñadas para desafiar diferentes aspectos del pensamiento, como rompecabezas, juegos de memoria, ejercicios de lógica, nuevos aprendizajes y tareas de resolución de problemas, la estimulación cognitiva ejerce “presión” sobre el cerebro, lo que estimula la formación de nuevas conexiones neuronales y refuerza las existentes.
Uno de los aspectos más destacados de la estimulación cognitiva es su capacidad para mejorar la memoria. La memoria es esencial en la vida cotidiana y su declive es una preocupación común, especialmente a medida que envejecemos. Los ejercicios de memoria, como recordar listas de palabras o aprender nuevas habilidades, pueden fortalecer la memoria de trabajo y la memoria a largo plazo. Además, la estimulación cognitiva puede retrasar el deterioro de la memoria en condiciones como el Alzheimer y otras demencias.
La atención es otra función cognitiva clave que se beneficia de la estimulación cognitiva. Las actividades que requieren concentración y enfoque ayudan a entrenar la atención selectiva y sostenida. El resto de funciones cognitivas como el lenguaje o las habilidades visoespaciales también pueden verse beneficiadas por la estimulación cognitiva.
La estimulación cognitiva es una herramienta valiosa para preservar y fortalecer las funciones cognitivas. Esta práctica no solo beneficia a las personas que enfrentan desafíos cognitivos, como la demencia, sino que también es relevante para cualquier persona que desee mantener una mente activa y saludable a lo largo de toda la vida. Al comprender la estrecha relación entre la estimulación cognitiva y las funciones cognitivas, podemos aprovechar su potencial para mejorar nuestra calidad de vida y promover la salud cerebral a largo plazo.
Ayudas técnicas para la memoria
Cuando nos adentramos en el terreno de las enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer, las ayudas técnicas se convierten en aliados para mejorar la calidad de vida de quienes enfrentan este desafío cognitivo. Estas herramientas no solo facilitan
la vida diaria, sino que también brindan un apoyo esencial para la memoria y la independencia de las personas afectadas por esta enfermedad.
Una de las ayudas técnicas más importantes es la agenda. Para las personas con Alzheimer y sus cuidadores, la agenda se convierte en una poderosa aliada en la lucha contra la pérdida de memoria y la confusión.
La agenda actúa como una herramienta de recordatorios y organización. En sus páginas, se pueden registrar eventos importantes, citas médicas y tareas cotidianas. Para quienes enfrentan el Alzheimer, la capacidad de consultar una agenda proporciona una referencia constante y fiable en medio de la incertidumbre.
Otra de las herramientas más utilizadas es el calendario. Esta ayuda nos permite que la persona con Alzheimer pueda orientarse temporalmente sabiendo cada día la fecha en la que está, pudiendo organizar su vida diaria, los eventos importantes y las citas o compromisos que pueda tener.
Las ayudas técnicas para personas con Alzheimer son herramientas cruciales en la vida diaria. Además de lo mencionado otros ejemplos incluyen relojes con recordatorio de medicamentos, agendas y calendarios electrónicos para recordar eventos, y dispositivos de seguimiento de objetos para evitar pérdidas. También existen tableros visuales de recordatorios, llaveros con etiquetas para una identificación más fácil, calzado de velcro, dispensadores de pastillas codificados por colores y teléfonos con imágenes de contactos. Estas ayudas se adaptan a las necesidades individuales y promueven la independencia, la organización y la orientación, mejorando la calidad de vida tanto para quienes padecen Alzheimer como para sus cuidadores.
Raúl Villanueva
Neuropsicólogo de Clínica NYR