Cómo tratar y evitar las cervicalgias

La reeduación postural podría prevenir la cervicalgia en muchos pacientes

La cervicalgia es el dolor en la región cervical que puede extenderse al cuello, cabeza o extremidad superior. Se caracteriza principalmente por limitar los movimientos del día a día.

La cervicalgia de nuestros pacientes, muchas veces, queda relegada a un segundo o tercer plano, durante periodos de tiempo demasiado largos. Esto, no hace más que agravar la situación, ya que, durante este tiempo, la musculatura se cuida mal, se desatiende e, incluso, se sobreexplota.

Para ponernos en situación, si un día se notan con dolor de cuello y no saben a qué puede deberse, lo más común es dejar pasar los días con molestias esperando a que cesen. Esta situación, si se alarga durante días o, incluso, semanas, hace que el dolor solo se agrave y se extienda a otras musculaturas, ya que, el paciente, instintivamente, tiene que adoptar posturas diferentes a las habituales para intentar evitar el dolor.

Hablamos de compensaciones que organiza el cuerpo para poder ser lo más activo e independiente posible sin dolores. Aunque esto pueda solucionar ciertos movimientos, no va a hacer desaparecer el dolor y, además, nos puede hacer pasar factura. Para evitar que nuestro cuerpo se resienta, es importante abordar estas molestias del cuello a tiempo. Cada día que se deja pasar, la molestia puede empeorar y necesitar de más tratamiento.

¿Cómo se trata la cervicalgia?

Para poner solución a estos dolores, se pone en marcha un tratamiento de varias fases. En todas ellas, necesitamos que el paciente se implique, pues de él mismo depende su evolución. Cuanto más activo es el tratamiento, mayor éxito registramos.

  • Por un lado, hay que trabajar el músculo. Según el caso, el fisioterapeuta ya lo abordará de una manera u otra.
  • Por otro lado, el paciente debe cuidarse. Esto se logra evitando algunas posiciones y movimientos que repercutan negativamente.
  • Además, es necesario fortalecer la musculatura para que ésta se recupere y esté preparada para las exigencias del día a día. Este fortalecimiento se puede hacer con el fisioterapeuta en sesión e, incluso, a veces, en casa, con unas pautas personalizadas, diseñadas por el fisioterapeuta.

¿Después del tratamiento?

Poco a poco, conforme el paciente vaya evolucionando, podrá ir retomando actividades y movimientos de su día a día, en el trabajo, deporte… El momento de retomar cada actividad depende de cada paciente, así que, lo mejor, es dejarse aconsejar y confiar en un profesional.

Algunas veces, los pacientes no le dan al tratamiento la importancia que deberían, por lo que tienen recaídas. Estas recaídas empeoran los síntomas y precisan, en consecuencia, una rehabilitación más intensa. 

La importancia de la postura:

Por otra parte, es crucial la reeducación postural. Cuando llegan los pacientes a consulta por primera vez, el músculo necesita prepararse para luego poder ir aprendiendo cómo debe hacer las cosas del día a día.

La reeducación postural consiste en aprender cómo movernos y cómo no hacerlo; qué posturas adoptar y cuáles hay que evitar. De manera que, una vez aprendido esto, se tenga presente en el día a día.

Si integramos bien estas pautas, podemos prevenir nuevos dolores de cuello y de espalda en general. Algunas son muy sencillas y pueden aplicarse en varias situaciones del día a día:

  • Sentarnos bien en el sofá, sillón o silla frente al ordenador
  • Apoyar la espalda en el respaldo
  • Utilizar los dispositivos como el móvil o el ordenador a la altura de nuestros ojos para no forzar el cuello

Las cervicalgias son muy comunes, pero, si hacemos caso a nuestras molestias y dolores y seguimos las recomendaciones de un profesional, se pueden resolver e, incluso, evitar.

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