En los últimos años, la realidad virtual (RV) ha ido formando parte, cada vez más, de la rehabilitación en pacientes con patologías neurológicas.
Existen diferentes sistemas y tipos de RV, todos ellos ofrecen información sensorial de un entorno virtual interactivo siendo percibido como real y se pueden emplear para tratar diferentes patologías neurológicas.
Con esta tecnología se les permite a los pacientes realizar tareas para ejercitar aquellas funciones o estructuras que han resultado dañadas tras la lesión. La RV se genera a tiempo real y se adapta a las necesidades terapéuticas de cada paciente. No solo permite trabajar aspectos atencionales, perceptivos y motores, sino también entrenar situaciones del día a día, como beber, planificar la compra, subir un escalón, etc.
Todo esto, es posible gracias a su efecto sobre los mecanismos plásticos de las neuronas, en concreto, sobre las neuronas espejo (que son aquellas que nos permiten aprender mediante la imitación y que nos posibilitan la comprensión inmediata de una acción). Durante la sesión, las neuronas espejo “engañan” a nuestro sistema nervioso, haciéndolo creer que alguna parte de nuestro cuerpo puede realizar una acción si nosotros se lo ordenamos. Gracias a esto, el cerebro tiene la sensación de que la extremidad real se mueve, aunque lo que esté viendo sea solo en un vídeo. Poco a poco, con la repetición exitosa y constante, se van reforzando las conexiones neuronales.
Beneficios de la Realidad Virtual en la rehabilitación:
Los beneficios que aporta la realidad virtual en rehabilitación son múltiples y entre ellos se encuentran:
- Mejora de la función motora global y las habilidades motrices.
- Mejoras en la marcha.
- Mejor control postural.
- Aumento del desarrollo cognitivo.
- Motivación y concentración.
Todas estas ventajas, entre otras, hacen de la realidad virtual una herramienta cada vez más útil en el tratamiento de las personas que han sufrido daño neurológico. Sin embargo, es importante tener en cuenta que no todas las personas con lesiones neurológicas pueden beneficiarse de este tratamiento; se debe valorar siempre individualmente y que el terapeuta adapte el tratamiento a las necesidades de cada persona.
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