Cómo afecta el confinamiento a niños y adolescentes y cómo afrontarlo

¿Qué supone el confinamiento para los niños y adolescentes?

El confinamiento provoca en los niños y adolescentes situaciones de complicada resolución y, como consecuencia, una alteración en las emociones. Esta alteración se produce por el manifiesto de emociones que se tienen más a mano o que salen con más facilidad, en lugar de manifestar las indicadas para expresar lo que se siente. Por ello, es común que tras el manifiesto de cualquier emoción esté disfrazada otra.

Dada esta situación, los padres o responsables de los niños y adolescentes debemos prestar especial atención a los síntomas que nos puedan dar pistas de ansiedad en los menores.

¿Cuáles son los síntomas de ansiedad?

  • Incremento de la irritabilidad
  • Aumento de peleas con sus hermanos
  • Mayor número de rabietas
  • Inquietud
  • Regresión a “malos” hábitos
  • Más apegados
  • Más distraídos
  • Problemas para dormir
  • Dolor de estómago o cabeza

¿Cómo podemos ayudarles a disminuir esa ansiedad?

Lo más indicado es elaborar un plan de convivencia familiar a través de los siguientes consejos:

  • Establecer rutinas en familia entre semana y diferentes para el fin de semana.
  • Realizar un calendario semanal en el que aparezcan momentos de estar juntos y en soledad: Actividades familiares (juegos de mesa, cocinar, bailar…), actividades lectivas (deberes, puzzles, lectura…), actividad física y relajante (gincanas, yoga…); actividad creativa (manualidades, crear historias…), actividad doméstica (tender, limpiar habitación, barrer…), actividad “pantalla” (videojuegos, película, tablet…)
  • Valorar y reforzarles el esfuerzo
  • Recordarles sus retos y objetivos conseguidos, puntos fuertes, habilidades…
  • Ser más pacientes, comprensivos y flexibles, sin olvidar las normas básicas y límites que hay instauradas en casa, nunca permitiremos faltas de respeto ni violencia
  • Ser conscientes que no hay padres y madres perfectos, así seremos más benevolentes con nuestros errores y reduciremos el sentimiento de culpa
  • Ser más afectuosos y cariñosos con ellos
  • Fomentar actividades en las que les facilite expresar sus emociones a través del dibujo, música, cuentos…
  • Favorecer el diálogo, respetando sus tiempos y espacio, usándonos a nosotros como modelo para explicarles cómo nos sentimos y enseñarles modelos de afrontamiento emocional
  • Muy importante, recordar que los adultos somos su referencia y ejemplo, debemos transmitir seguridad, tranquilidad y confianza

Esta situación es nueva para todos y lo estamos haciendo lo mejor que podemos. Aprovechemos para enseñarles a nuestros hijos a gestionar la ansiedad y disfrutar tiempo en familia.

Rocío García Fernández
Psicóloga Clínica
rociogarcia@clinicayr.com

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